"Caminos hacia la Prosperidad en las Américas"
Discurso de la Secretaria de Estado de EE.UU. en San José, Costa Rica el 4 Marzo 2010
"Dondequiera que vivamos en las Américas, cualquiera que sea nuestra herencia, cualquiera que sea el idioma que hablamos, todos queremos lo mismo: la oportunidad de vivir vidas seguras y sanas, ver a nuestras familias ser productivas y avanzar hacia un futuro mejor, participar plenamente en nuestras comunidades y hacer todo lo que podamos para hacer llegar estas oportunidades a otros”
"Miro alrededor de esta mesa y veo países dedicados a fortalecer la democracia, ampliar las oportunidades y fomentar la prosperidad inclusiva en las Américas.
Desde nuestra reunión el año pasado en El Salvador nuestra región ha sido puesta a prueba por diversas crisis, entre ellas la conmoción política en Honduras y los devastadores terremotos en Haití y Chile. Hace dos días que estuve en Santiago, donde tuve la oportunidad de reunirme y mantener consultas tanto con la presidenta Bachelet como con el presidente electo Piñera. Es muy importante que todos una vez más acudamos a ayudar a nuestros vecinos. La ayuda llega de todo el hemisferio y trágicamente nos recuerda a los grandes esfuerzos hechos para ayudar a nuestros amigos de Haití.
Chile fue uno de los primeros países en responder al terremoto en Haití. Los trabajadores chilenos de búsqueda y rescate emprendieron esfuerzos heroicos. Trabajaron día y noche buscando y rescatando sobrevivientes. Ahora tenemos que seguir junto a Chile tanto como a Haití en su recuperación y reconstrucción.
En esas emergencias se demuestra la fuerza de los lazos que nos vinculan como vecinos, asociados y amigos, y amplifican la importancia del trabajo que estamos haciendo por medio de Caminos. Estamos aquí para crear las condiciones que permiten a la gente tener las oportunidades económicas y sociales críticas para la estabilidad nacional y regional. Ya sea que nuestros países estén tratando de desmontar las amenazas a la democracia, protegerse contra los efectos de los desastre naturales, o hacer progresos hacia la prosperidad a largo plazo, es vital que hagamos llegar a más gente en más lugares los beneficios del crecimiento económico y la integración.
En décadas recientes nuestra región ha experimentando una mejora en la prosperidad. Hemos trabajado para fomentar el crecimiento y crear puestos de trabajo por medio de políticas fiscales adecuadas, acuerdos bilaterales de comercio, pactos multilaterales como NAFTA, e instituciones como el Banco Interamericano de Desarrollo. Pero para demasiada gente en demasiados lugares, incluyendo mi propio país, la oportunidad es limitada y poco accesible.
Por medio de Caminos estamos trabajando para cerrar la brecha de la oportunidad que existe para los agricultores, artesanos y propietarios de empresas pequeñas que están excluidos de los servicios financieros y no tienen acceso a los mercados globales. Tratamos de incluir a las poblaciones históricamente marginadas, como los pueblos indígenas y los afrodescendientes, para darles la oportunidad de contribuir y compartir a un mayor progreso económico. Al aumentar la cantidad de jóvenes en todo el hemisferio, trabajamos juntos para hacer que la cantidad de escuelas, acceso a educación superior y puestos de trabajo también aumenten.
Lo que me gusta de Caminos hacia la Prosperidad es que ofrece un foro en el que las naciones comprometidas con la democracia y los mercados abiertos pueden compartir las prácticas óptimas para la promoción social y la inclusión financiera. Debemos y tenemos que aprender uno del otro. Las Américas, como dijo el ministro de Costa Rica, es una de las más diversas y dinámicas regiones en el mundo, con una base económica fuerte que se refleja en la multitud de soluciones creativas que ya funcionan en nuestros países. He tenido la posibilidad de ver algunas de esas soluciones en la práctica.
En El Salvador he visto el resultado de una asociación público-privada que ofreció crédito a empresas pequeñas y medianas, favoreciendo el espíritu empresarial y aumentando los ingresos familiares. En Brasil, donde estuve ayer, conocí un grupo empresarial que representaba una asociación entre los gobiernos de Brasil y de Estados Unidos, y más de cien empresas de Estados Unidos. Se llama Mais Unidos, y fomenta la responsabilidad social corporativa, la capacitación profesional, la enseñanza del idioma inglés, especialmente a jóvenes brasileños en situación de riesgo, de manera que tengan las herramientas para competir en el mercado mundial de trabajo.
Yo, como ustedes, hemos visto el progreso que Uruguay y Panamá han logrado en la extensión de los beneficios de la era digital por medio de iniciativas de distribución de computadoras portátiles a niños. Acabo de estar en Uruguay y me he reunido con el presidente saliente y el ahora presidente Mújica y su programa “una laptop por niño” ha proporcionado un gran impulso al aprendizaje y el acceso a un mundo más amplio. La legislación aprobada en Honduras facilita ahora el crédito a los agricultores y pequeños empresarios por medio de transacciones aseguradas. Cada uno de estos programas puede ser un ejemplo para el resto de nosotros, y eso es lo que espero que resulte de nuestra reunión de hoy.
También quiero reconocer a nuestro anfitrión, Costa Rica, un líder mundial en la sostenibilidad medioambiental. Costa Rica copatrocinó una conferencia en enero con la Organización de los Estados Americanos, sobre cómo alentar la participación pública en la toma de decisiones respecto al medio ambiente. Ayer el instituto Earth, aquí en Costa Rica, dirigió un debate sobre los desafíos y oportunidades empresariales que tienen las mujeres en las Américas; y la Alianza para los bosques pluviales (Rainforest Alliance), Walmart, y otras organizaciones, se refirieron a sus esfuerzos en la participación de las microempresas en las cadenas globales de abastecimiento, un elemento determinante para el desarrollo sostenible e inclusivo.
Ninguno de esos programas o políticas cerrará por sí mismo la brecha en cuanto a las oportunidades, pero juntos nos hacen avanzar hacia la meta de darle a todos los pueblos de las Américas la posibilidad de realizar el potencial que Dios les ha dado, ganarse el sustento, lograr una educación, participar en la economía mundial, y si lo prefieren, iniciar o ampliar un negocio.
Me impresionan los pueblos de nuestro hemisferio. He viajado por este durante 17 años y he conocido personas con ideas ingeniosas, una gran ética profesional y un fuerte espíritu empresarial en todas partes. He concluido que el talento es universal, pero la oportunidad no lo es. Lo único que necesitan es la posibilidad de demostrar lo que pueden hacer, que pueden competir en un ambiente empresarial que sea justo y seguro. Juntos podemos ayudar a conseguirlo.
Con ese fin Estados Unidos se dedicará a concretar varias iniciativas de Caminos en apoyo de los empresarios de todo el hemisferio. Primero, en nuestro país hemos tenido éxito con la creación de centros de desarrollo de pequeñas empresas en los que se puede obtener información y asesoría sobre cómo comenzar un negocio. Algunos de los países de Caminos hacia la Prosperidad han adaptado nuestro modelo, y esperamos compartirlo con otros organizando visitas de intercambio entre nuestros países.
Segundo, apoyamos a las mujeres empresarias en todo el hemisferio. Sabemos que a las mujeres a menudo se las ignora o se las excluye, especialmente cuando solicitan crédito. Hay mujeres que me han dicho: “muchos sueños terminan en el estacionamiento de un banco”.
Así que aunque estas mujeres son innovadoras, energéticas, trabajadoras y tienen un compromiso, no hacemos lo suficiente para apoyar sus empresas y sus esfuerzos. En octubre pasado, Estados Unidos auspició una conferencia para mujeres empresarias de las Américas, y se inició una red de asesoras para conectar a mujeres líderes empresariales experimentadas con mujeres que están empezando en los negocios. En los meses venideros, trabajaremos para profundizar y ampliar esa red.
Tercero, deseamos ayudar a nuestros socios de Caminos hacia la Prosperidad a modernizar sus procedimientos de aduana, algo que también han mencionado los costarricenses. Las prácticas aduaneras eficientes y efectivas son un elemento crítico para atraer la inversión extranjera y tener éxito en los mercados mundiales. Varios países de Caminos hacia la Prosperidad son también miembros del Foro de Cooperación Económica de Asia y el Pacífico (APEC). Los miembros de APEC han acordado reducir en un 5 por ciento las demoras y costos de logística comercial, y yo insto a los miembros de Caminos hacia la Prosperidad a que hagan lo mismo. Estados Unidos patrocinará talleres para funcionarios del sector público y directivos del sector privado para compartir las prácticas óptimas para mejorar los procedimientos aduaneros. En APEC estudiamos datos que mostraban que estos pequeños cambios en procedimientos aduaneros tenían un impacto directo e importante en la mejora de las oportunidades empresariales de todos los países.
Cuarto, el comercio requiere comunicación efectiva. Este año, ofrecimos capacitación en la enseñanza del idioma inglés a 100 maestros de los países de Caminos hacia la Prosperidad, y más de 400.000 estudiantes de toda la región aprenden inglés en los 140 centros binacionales que tenemos establecidos. Esta es una tarea con la que estamos comprometidos a continuar. Les pido a nuestros socios de Caminos hacia la Prosperidad que hagan de esto un intercambio mutuo. Millones de ciudadanos de Estados Unidos hablan español como primero o segundo idioma o aprenden a hablarlo. Con su ayuda, aun más ciudadanos estadounidenses podrían aprender español, lo que contribuiría a aumentar nuestros lazos comerciales y empresariales.
Quinto, trabajamos para ayudar a las empresas pequeñas y medianas a que reduzcan su consumo de agua, energía y materias primas que necesitan para así proteger los recursos naturales, reducir las emisiones de carbono y ahorrar en costos.
Sexto y final., Estados Unidos está comprometido a trabajar con nuestros socios de Caminos hacia la Prosperidad para modernizar las leyes que rigen los préstamos, para que las empresas pequeñas y medianas puedan utilizar activos otros que los bienes raíces como garantía colateral para préstamos. Visité la exhibición de Honduras y me mostraron el tipo de equipos que ahora se puede utilizar en Honduras como garantía colateral ya que Honduras ha modificado su normativa: máquinas de coser, cajas de herramientas y equipos agrícolas.
Las pequeñas empresas son la columna vertebral de nuestras economías y la fuente de empleo para muchos de nuestros ciudadanos. Debemos ofrecerles la oportunidad de tomar prestadas mayores cantidades de dinero con menores tasas de interés y plazos de pago más amplios si queremos hacer que estas empresas prosperen. Deseo elogiar a Honduras por los programas modelo que están aplicando.
Permítanme decir unas palabras acerca de la importancia de crear empleos en Haití. Una de las historias positivas en medio de esta horrible tragedia de Haití es que antes del terremoto, trabajando junto al gobierno de Haití, muchos de los países que están en esta mesa tenían un compromiso a largo plazo en proyectos de desarrollo. Poco antes del terremoto, mi esposo, que trabaja con el secretario general de las Naciones Unidas, llevó a más de 500 líderes empresariales de nuestro hemisferio a Haití para firmar contratos, abrir fábricas, ampliar negocios y desarrollar el turismo.
La primavera pasada visité una fábrica de prendas de vestir en Haití que era un motor poderoso para el crecimiento económico local. En aquel momento, las exportaciones de ropa representaban aproximadamente el 90 por ciento de todas exportaciones de Haití y significaban 28.000 puestos de trabajo. Se esperaba un crecimiento que se multiplicara varias veces. Desde el terremoto, muchas de las fábricas de Haití están empezando en línea. Sin embargo muchas otras están cerradas todavía y sus trabajadores desempleados. Si se logra restablecer nuevamente la industria de Haití se ayudaría al esfuerzo inmediato de recuperación y se estimulará el futuro crecimiento.
Estados Unidos tiene un programa de preferencia comercial llamado Haití HOPE, que hace extensivos nuestros más favorecidos tarifas y términos para las exportaciones haitianas de textiles y ropa. Nuestro Congreso está considerando proyectos de ley que podrían ayudar a los productores haitianos incluso más. Otros países también han tomado tales medidas. Canadá, por ejemplo, tiene programas excelentes que permiten el ingreso de productos haitianos libre de aranceles.
Estoy segura de que muchos de ustedes escucharon sobre la conmovedora conversación que tuvo lugar ayer entre mujeres empresarias en Haití y en otros lugares de la región. Esta conversación refleja el profundo sentido de solidaridad que los pueblos del hemisferio sienten por el pueblo de Haití. Insto a los miembros de Caminos hacia la Prosperidad a que consideren cómo pueden utilizar esa solidaridad para crear oportunidades para el pueblo haitiano, particularmente con la creación de nuevas oportunidades de mercado en sus países. Juntos, podemos ayudar a Haití a recuperarse mejor y a reconstruirse incluso de manera más fuerte.
Los resultados que buscamos, al ser ambiciosos, no se lograrán todos a la vez, pero debemos progresar mediante la experimentación y la colaboración constantes. Debemos identificar aquellos programas y políticas que realmente funcionan y abandonar aquellos que no lo hagan. Espero que todos nosotros establezcamos planes de acción concretos con medidas de rendición de cuentas que realmente identifiquen lo que estamos haciendo y exijan resultados a esos programas. Debemos aumentar nuestra colaboración con otras asociaciones también como la Red Interamericana de Protección Social lanzada el pasado año en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Estados Unidos espera con entusiasmo trabajar con todos ustedes en sus iniciativas innovadoras para reducir las desigualdades sociales y mejorar el trabajo de las instituciones públicas.
He recordado otra vez que dondequiera que vivamos en las Américas, cualquiera que sea nuestra herencia, cualquiera que sea el idioma que hablamos, todos queremos lo mismo: la oportunidad de vivir vidas seguras y sanas, ver a nuestras familias ser productivas y avanzar hacia un futuro mejor, participar plenamente en nuestras comunidades y hacer todo lo que podamos para hacer llegar estas oportunidades a otros. Considero que nos basamos en unos cimientos firmes y me complace mucho participar una vez más en esta reunión ministerial. Espero con entusiasmo trabajar con todos ustedes en los días, meses y años venideros. Muchísimas gracias."
"Miro alrededor de esta mesa y veo países dedicados a fortalecer la democracia, ampliar las oportunidades y fomentar la prosperidad inclusiva en las Américas.
Desde nuestra reunión el año pasado en El Salvador nuestra región ha sido puesta a prueba por diversas crisis, entre ellas la conmoción política en Honduras y los devastadores terremotos en Haití y Chile. Hace dos días que estuve en Santiago, donde tuve la oportunidad de reunirme y mantener consultas tanto con la presidenta Bachelet como con el presidente electo Piñera. Es muy importante que todos una vez más acudamos a ayudar a nuestros vecinos. La ayuda llega de todo el hemisferio y trágicamente nos recuerda a los grandes esfuerzos hechos para ayudar a nuestros amigos de Haití.
Chile fue uno de los primeros países en responder al terremoto en Haití. Los trabajadores chilenos de búsqueda y rescate emprendieron esfuerzos heroicos. Trabajaron día y noche buscando y rescatando sobrevivientes. Ahora tenemos que seguir junto a Chile tanto como a Haití en su recuperación y reconstrucción.
En esas emergencias se demuestra la fuerza de los lazos que nos vinculan como vecinos, asociados y amigos, y amplifican la importancia del trabajo que estamos haciendo por medio de Caminos. Estamos aquí para crear las condiciones que permiten a la gente tener las oportunidades económicas y sociales críticas para la estabilidad nacional y regional. Ya sea que nuestros países estén tratando de desmontar las amenazas a la democracia, protegerse contra los efectos de los desastre naturales, o hacer progresos hacia la prosperidad a largo plazo, es vital que hagamos llegar a más gente en más lugares los beneficios del crecimiento económico y la integración.
En décadas recientes nuestra región ha experimentando una mejora en la prosperidad. Hemos trabajado para fomentar el crecimiento y crear puestos de trabajo por medio de políticas fiscales adecuadas, acuerdos bilaterales de comercio, pactos multilaterales como NAFTA, e instituciones como el Banco Interamericano de Desarrollo. Pero para demasiada gente en demasiados lugares, incluyendo mi propio país, la oportunidad es limitada y poco accesible.
Por medio de Caminos estamos trabajando para cerrar la brecha de la oportunidad que existe para los agricultores, artesanos y propietarios de empresas pequeñas que están excluidos de los servicios financieros y no tienen acceso a los mercados globales. Tratamos de incluir a las poblaciones históricamente marginadas, como los pueblos indígenas y los afrodescendientes, para darles la oportunidad de contribuir y compartir a un mayor progreso económico. Al aumentar la cantidad de jóvenes en todo el hemisferio, trabajamos juntos para hacer que la cantidad de escuelas, acceso a educación superior y puestos de trabajo también aumenten.
Lo que me gusta de Caminos hacia la Prosperidad es que ofrece un foro en el que las naciones comprometidas con la democracia y los mercados abiertos pueden compartir las prácticas óptimas para la promoción social y la inclusión financiera. Debemos y tenemos que aprender uno del otro. Las Américas, como dijo el ministro de Costa Rica, es una de las más diversas y dinámicas regiones en el mundo, con una base económica fuerte que se refleja en la multitud de soluciones creativas que ya funcionan en nuestros países. He tenido la posibilidad de ver algunas de esas soluciones en la práctica.
En El Salvador he visto el resultado de una asociación público-privada que ofreció crédito a empresas pequeñas y medianas, favoreciendo el espíritu empresarial y aumentando los ingresos familiares. En Brasil, donde estuve ayer, conocí un grupo empresarial que representaba una asociación entre los gobiernos de Brasil y de Estados Unidos, y más de cien empresas de Estados Unidos. Se llama Mais Unidos, y fomenta la responsabilidad social corporativa, la capacitación profesional, la enseñanza del idioma inglés, especialmente a jóvenes brasileños en situación de riesgo, de manera que tengan las herramientas para competir en el mercado mundial de trabajo.
Yo, como ustedes, hemos visto el progreso que Uruguay y Panamá han logrado en la extensión de los beneficios de la era digital por medio de iniciativas de distribución de computadoras portátiles a niños. Acabo de estar en Uruguay y me he reunido con el presidente saliente y el ahora presidente Mújica y su programa “una laptop por niño” ha proporcionado un gran impulso al aprendizaje y el acceso a un mundo más amplio. La legislación aprobada en Honduras facilita ahora el crédito a los agricultores y pequeños empresarios por medio de transacciones aseguradas. Cada uno de estos programas puede ser un ejemplo para el resto de nosotros, y eso es lo que espero que resulte de nuestra reunión de hoy.
También quiero reconocer a nuestro anfitrión, Costa Rica, un líder mundial en la sostenibilidad medioambiental. Costa Rica copatrocinó una conferencia en enero con la Organización de los Estados Americanos, sobre cómo alentar la participación pública en la toma de decisiones respecto al medio ambiente. Ayer el instituto Earth, aquí en Costa Rica, dirigió un debate sobre los desafíos y oportunidades empresariales que tienen las mujeres en las Américas; y la Alianza para los bosques pluviales (Rainforest Alliance), Walmart, y otras organizaciones, se refirieron a sus esfuerzos en la participación de las microempresas en las cadenas globales de abastecimiento, un elemento determinante para el desarrollo sostenible e inclusivo.
Ninguno de esos programas o políticas cerrará por sí mismo la brecha en cuanto a las oportunidades, pero juntos nos hacen avanzar hacia la meta de darle a todos los pueblos de las Américas la posibilidad de realizar el potencial que Dios les ha dado, ganarse el sustento, lograr una educación, participar en la economía mundial, y si lo prefieren, iniciar o ampliar un negocio.
Me impresionan los pueblos de nuestro hemisferio. He viajado por este durante 17 años y he conocido personas con ideas ingeniosas, una gran ética profesional y un fuerte espíritu empresarial en todas partes. He concluido que el talento es universal, pero la oportunidad no lo es. Lo único que necesitan es la posibilidad de demostrar lo que pueden hacer, que pueden competir en un ambiente empresarial que sea justo y seguro. Juntos podemos ayudar a conseguirlo.
Con ese fin Estados Unidos se dedicará a concretar varias iniciativas de Caminos en apoyo de los empresarios de todo el hemisferio. Primero, en nuestro país hemos tenido éxito con la creación de centros de desarrollo de pequeñas empresas en los que se puede obtener información y asesoría sobre cómo comenzar un negocio. Algunos de los países de Caminos hacia la Prosperidad han adaptado nuestro modelo, y esperamos compartirlo con otros organizando visitas de intercambio entre nuestros países.
Segundo, apoyamos a las mujeres empresarias en todo el hemisferio. Sabemos que a las mujeres a menudo se las ignora o se las excluye, especialmente cuando solicitan crédito. Hay mujeres que me han dicho: “muchos sueños terminan en el estacionamiento de un banco”.
Así que aunque estas mujeres son innovadoras, energéticas, trabajadoras y tienen un compromiso, no hacemos lo suficiente para apoyar sus empresas y sus esfuerzos. En octubre pasado, Estados Unidos auspició una conferencia para mujeres empresarias de las Américas, y se inició una red de asesoras para conectar a mujeres líderes empresariales experimentadas con mujeres que están empezando en los negocios. En los meses venideros, trabajaremos para profundizar y ampliar esa red.
Tercero, deseamos ayudar a nuestros socios de Caminos hacia la Prosperidad a modernizar sus procedimientos de aduana, algo que también han mencionado los costarricenses. Las prácticas aduaneras eficientes y efectivas son un elemento crítico para atraer la inversión extranjera y tener éxito en los mercados mundiales. Varios países de Caminos hacia la Prosperidad son también miembros del Foro de Cooperación Económica de Asia y el Pacífico (APEC). Los miembros de APEC han acordado reducir en un 5 por ciento las demoras y costos de logística comercial, y yo insto a los miembros de Caminos hacia la Prosperidad a que hagan lo mismo. Estados Unidos patrocinará talleres para funcionarios del sector público y directivos del sector privado para compartir las prácticas óptimas para mejorar los procedimientos aduaneros. En APEC estudiamos datos que mostraban que estos pequeños cambios en procedimientos aduaneros tenían un impacto directo e importante en la mejora de las oportunidades empresariales de todos los países.
Cuarto, el comercio requiere comunicación efectiva. Este año, ofrecimos capacitación en la enseñanza del idioma inglés a 100 maestros de los países de Caminos hacia la Prosperidad, y más de 400.000 estudiantes de toda la región aprenden inglés en los 140 centros binacionales que tenemos establecidos. Esta es una tarea con la que estamos comprometidos a continuar. Les pido a nuestros socios de Caminos hacia la Prosperidad que hagan de esto un intercambio mutuo. Millones de ciudadanos de Estados Unidos hablan español como primero o segundo idioma o aprenden a hablarlo. Con su ayuda, aun más ciudadanos estadounidenses podrían aprender español, lo que contribuiría a aumentar nuestros lazos comerciales y empresariales.
Quinto, trabajamos para ayudar a las empresas pequeñas y medianas a que reduzcan su consumo de agua, energía y materias primas que necesitan para así proteger los recursos naturales, reducir las emisiones de carbono y ahorrar en costos.
Sexto y final., Estados Unidos está comprometido a trabajar con nuestros socios de Caminos hacia la Prosperidad para modernizar las leyes que rigen los préstamos, para que las empresas pequeñas y medianas puedan utilizar activos otros que los bienes raíces como garantía colateral para préstamos. Visité la exhibición de Honduras y me mostraron el tipo de equipos que ahora se puede utilizar en Honduras como garantía colateral ya que Honduras ha modificado su normativa: máquinas de coser, cajas de herramientas y equipos agrícolas.
Las pequeñas empresas son la columna vertebral de nuestras economías y la fuente de empleo para muchos de nuestros ciudadanos. Debemos ofrecerles la oportunidad de tomar prestadas mayores cantidades de dinero con menores tasas de interés y plazos de pago más amplios si queremos hacer que estas empresas prosperen. Deseo elogiar a Honduras por los programas modelo que están aplicando.
Permítanme decir unas palabras acerca de la importancia de crear empleos en Haití. Una de las historias positivas en medio de esta horrible tragedia de Haití es que antes del terremoto, trabajando junto al gobierno de Haití, muchos de los países que están en esta mesa tenían un compromiso a largo plazo en proyectos de desarrollo. Poco antes del terremoto, mi esposo, que trabaja con el secretario general de las Naciones Unidas, llevó a más de 500 líderes empresariales de nuestro hemisferio a Haití para firmar contratos, abrir fábricas, ampliar negocios y desarrollar el turismo.
La primavera pasada visité una fábrica de prendas de vestir en Haití que era un motor poderoso para el crecimiento económico local. En aquel momento, las exportaciones de ropa representaban aproximadamente el 90 por ciento de todas exportaciones de Haití y significaban 28.000 puestos de trabajo. Se esperaba un crecimiento que se multiplicara varias veces. Desde el terremoto, muchas de las fábricas de Haití están empezando en línea. Sin embargo muchas otras están cerradas todavía y sus trabajadores desempleados. Si se logra restablecer nuevamente la industria de Haití se ayudaría al esfuerzo inmediato de recuperación y se estimulará el futuro crecimiento.
Estados Unidos tiene un programa de preferencia comercial llamado Haití HOPE, que hace extensivos nuestros más favorecidos tarifas y términos para las exportaciones haitianas de textiles y ropa. Nuestro Congreso está considerando proyectos de ley que podrían ayudar a los productores haitianos incluso más. Otros países también han tomado tales medidas. Canadá, por ejemplo, tiene programas excelentes que permiten el ingreso de productos haitianos libre de aranceles.
Estoy segura de que muchos de ustedes escucharon sobre la conmovedora conversación que tuvo lugar ayer entre mujeres empresarias en Haití y en otros lugares de la región. Esta conversación refleja el profundo sentido de solidaridad que los pueblos del hemisferio sienten por el pueblo de Haití. Insto a los miembros de Caminos hacia la Prosperidad a que consideren cómo pueden utilizar esa solidaridad para crear oportunidades para el pueblo haitiano, particularmente con la creación de nuevas oportunidades de mercado en sus países. Juntos, podemos ayudar a Haití a recuperarse mejor y a reconstruirse incluso de manera más fuerte.
Los resultados que buscamos, al ser ambiciosos, no se lograrán todos a la vez, pero debemos progresar mediante la experimentación y la colaboración constantes. Debemos identificar aquellos programas y políticas que realmente funcionan y abandonar aquellos que no lo hagan. Espero que todos nosotros establezcamos planes de acción concretos con medidas de rendición de cuentas que realmente identifiquen lo que estamos haciendo y exijan resultados a esos programas. Debemos aumentar nuestra colaboración con otras asociaciones también como la Red Interamericana de Protección Social lanzada el pasado año en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Estados Unidos espera con entusiasmo trabajar con todos ustedes en sus iniciativas innovadoras para reducir las desigualdades sociales y mejorar el trabajo de las instituciones públicas.
He recordado otra vez que dondequiera que vivamos en las Américas, cualquiera que sea nuestra herencia, cualquiera que sea el idioma que hablamos, todos queremos lo mismo: la oportunidad de vivir vidas seguras y sanas, ver a nuestras familias ser productivas y avanzar hacia un futuro mejor, participar plenamente en nuestras comunidades y hacer todo lo que podamos para hacer llegar estas oportunidades a otros. Considero que nos basamos en unos cimientos firmes y me complace mucho participar una vez más en esta reunión ministerial. Espero con entusiasmo trabajar con todos ustedes en los días, meses y años venideros. Muchísimas gracias."
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