Fernando de la Rúa
"La Crisis Argentina del 2001"
Discurso pronunciado el 20.12.2001 en medio de una situación económica y política insostenibles
"Más allá de las personas hay que asegurar la paz social, por eso he dictado el estado de sitio"
"Quiero dirigirme a todos los argentinos, que saben que la situación económica, política y social pasa por graves momentos.
Estamos en una situación crítica y sólo podemos salvarla con el conjunto de la dirigencia política. Lo importante no son las personas sino las instituciones y el país.
Por eso, despojado de cualquier interés personal por el cargo que tengo el honor de ocupar, me dirijo a cada dirigente radical, peronista, de otros partidos que tengan responsabilidad de gobierno a acordar con el Poder Ejecutivo las políticas que sean necesarias.
Asumo las responsabilidades por la situación que me toca administrar, pero debemos oir el reclamo popular. Si no asumimos todos los dirigentes, con grandeza y claridad, las responsabilidades, los efectos pueden ser peores.
Los convoco a este acuerdo con valentía y patriotismo para reformar la Constitución, nuestro sistema político y conseguir la unidad nacional. No estoy pidiendo apoyo a mi persona sino respaldo a las instituciones y las mejores soluciones para el pueblo y el futuro de nuestros hijos.
No estoy acá porque me aferré a un cargo sino porque es mi deber, y represento la institucionalidad democrática. He sido elegido por el pueblo para presidir la Nación.
Me ha tocado un tiempo de grandes dificultades y sé que los resultados no son los que deseamos todos los argentinos ni los queridos por mí mismo.
Múltiples factores pesaron sobre la realidad nacional como una carga estructural: un enorme endeudamiento que repercutió sobre el tiempo actual, un gran déficit que era necesario reducir para alcanzar equilibrio fiscal, una crisis social de magnitud con altos índices de desempleo y una crisis económica que se mostró en los problemas de los distintos sectores productivos.
Hemos ido actuando con mucha fuerza, procurando soluciones que no siempre llegaron con la rapidez deseada. Comprendo las angustias y necesidades de nuestros conciudadanos. Estoy convencido de que sólo la unidad nacional puede levantar al país.
Estoy aquí porque soy yo como Presidente quien puede llamar a esa unidad. He ofrecido al justicialismo, que triunfó en las elecciones del 14 de octubre y tiene mayoría en ambas cámaras, que participe en un gobierno de unidad nacional.
Los convoco con toda amplitud y generosidad para que traigan sus ideas, sus propuestas y los cambios. Estoy dispuesto a los cambios que sean necesarios. Les pido por eso un gesto de grandeza para atender juntos los reclamos de la gente y presevar las instituciones, la paz y el futuro nacional. Un cambio sustancial he reclamado. Lo haré.
He luchado contra el peligro del default económico, pero no admito el default social. Quienes ocupan esas posiciones no pueden excluirse de las responsabilides que les tocan. Vienen planteando modificaciones en el sistema monetario. Vamos a examinarlas en conjunto para proponer al Parlamento que es quien debe decidir los que corresponde. Vamos a insuflar mayor liquidez a la economía frente a los episodios conocidos.
Hay que trabajar por el equilibrio fiscal y llevar adelante con éxito el canje de la deuda. Hay que desarrollar las economías regionales, reformar el Estado y llevar a cabo políticas sociales efectivas frente a la crisis y los problemas de muchos argentinos. Y precisamos impulsar un programa productivo.
He enviado este mensaje. Se aguarda una respuesta. Sé que en sectores del justicialismo piden medidas en estos campos y también un seguro de desempleo.
Frente a los hechos de violencia que ocurren no debemos dejarnos llevar por quienes provocan a la violencia.
Más allá de las personas hay que asegurar paz social y estoy dispuesto a hacerlo preservando a las personas y los bienes; por eso he dictado el estado de sitio.
Una pronta respuesta del justicialismo, sin embargo, es necesaria. No puede seguir el cuadro de violencia en la calle que arriesga a situaciones más peligrosas.
He dispuesto este mediodía que las secretarías de Hacienda, de Finanzas y de Impuestos pasen a depender del jefe de Gabinete de Ministros y que las otras áreas junto con Infraestructura y Servicios, a cargo del ingeniero (secretario General de la Presidencia) Nicolás Gallo.
Vamos por una política productiva, por un cambio de acuerdo con lo que necesita la gente. Estoy dispuesto a aguardar la respuesta patriótica y de grandeza del justicialismo porque es mi deber y, desde luego, no me aferraré a situaciones personales porque yo mismo, como lo hice toda mi vida, estoy dispuesto a las máximas actitudes de grandeza que sean necesarias para el bien de la Patria y la paz de los argentinos.
Pido a quienes estén en posiciones de violencia que las depongan. Precisamos que prevalezca la paz entre nosotros. Así encontraremos el rumbo y el camino. Y sepan también que voy a cumplir con mi deber hasta el final. Quiero proteger el presente y el futuro de los argentinos
Es evidente que está resentida la gobernabilidad y puede deberse a múltiples factores. No es el menor la queja social, no es el menor tampoco el triunfo opositor del 14 de octubre.
Convoco por eso desde mi legitimidad, en el claro sentido de la institucionalidad, a los líderes de la oposición, del partido justicialista para juntos fortalecer la gobernabilidad y participar de la conducción en este tiempo difícil para la República.
Con la mayor amplitud para todo el gabinete y sin que esto se deba a intereses personales por la función que ejerzo. Todos tenemos el deber de evitar males mayores a la Nación.
Sé del compromiso y la responsabilidad de la dirigencia democrática argentina. A esto apelo con la esperanza de que evitemos males mayores. No voy a dejar que la violencia se enseñoree entre nosotros. Estoy para asegurar la paz y los derechos de todos.
Por eso convoco a deponer las actitudes de violencia. Estoy actuando en el sentido de la responsabilidad para introducir los cambios que hagan falta y hacer posible que en esta hora difícil donde ha caído sobre la Nación el peso de situaciones que vienen de años, y que podamos superarlas.
Para esto asumí la Presidencia. Ese fue mi desvelo, mi esfuerzo, mi trabajo como el de mis ministros, actuar con lealtad hacia la República y hacia el pueblo argentino. Siempre seguiré en esta línea de lealtad y de compromiso. Muchas gracias".
"Quiero dirigirme a todos los argentinos, que saben que la situación económica, política y social pasa por graves momentos.
Estamos en una situación crítica y sólo podemos salvarla con el conjunto de la dirigencia política. Lo importante no son las personas sino las instituciones y el país.
Por eso, despojado de cualquier interés personal por el cargo que tengo el honor de ocupar, me dirijo a cada dirigente radical, peronista, de otros partidos que tengan responsabilidad de gobierno a acordar con el Poder Ejecutivo las políticas que sean necesarias.
Asumo las responsabilidades por la situación que me toca administrar, pero debemos oir el reclamo popular. Si no asumimos todos los dirigentes, con grandeza y claridad, las responsabilidades, los efectos pueden ser peores.
Los convoco a este acuerdo con valentía y patriotismo para reformar la Constitución, nuestro sistema político y conseguir la unidad nacional. No estoy pidiendo apoyo a mi persona sino respaldo a las instituciones y las mejores soluciones para el pueblo y el futuro de nuestros hijos.
No estoy acá porque me aferré a un cargo sino porque es mi deber, y represento la institucionalidad democrática. He sido elegido por el pueblo para presidir la Nación.
Me ha tocado un tiempo de grandes dificultades y sé que los resultados no son los que deseamos todos los argentinos ni los queridos por mí mismo.
Múltiples factores pesaron sobre la realidad nacional como una carga estructural: un enorme endeudamiento que repercutió sobre el tiempo actual, un gran déficit que era necesario reducir para alcanzar equilibrio fiscal, una crisis social de magnitud con altos índices de desempleo y una crisis económica que se mostró en los problemas de los distintos sectores productivos.
Hemos ido actuando con mucha fuerza, procurando soluciones que no siempre llegaron con la rapidez deseada. Comprendo las angustias y necesidades de nuestros conciudadanos. Estoy convencido de que sólo la unidad nacional puede levantar al país.
Estoy aquí porque soy yo como Presidente quien puede llamar a esa unidad. He ofrecido al justicialismo, que triunfó en las elecciones del 14 de octubre y tiene mayoría en ambas cámaras, que participe en un gobierno de unidad nacional.
Los convoco con toda amplitud y generosidad para que traigan sus ideas, sus propuestas y los cambios. Estoy dispuesto a los cambios que sean necesarios. Les pido por eso un gesto de grandeza para atender juntos los reclamos de la gente y presevar las instituciones, la paz y el futuro nacional. Un cambio sustancial he reclamado. Lo haré.
He luchado contra el peligro del default económico, pero no admito el default social. Quienes ocupan esas posiciones no pueden excluirse de las responsabilides que les tocan. Vienen planteando modificaciones en el sistema monetario. Vamos a examinarlas en conjunto para proponer al Parlamento que es quien debe decidir los que corresponde. Vamos a insuflar mayor liquidez a la economía frente a los episodios conocidos.
Hay que trabajar por el equilibrio fiscal y llevar adelante con éxito el canje de la deuda. Hay que desarrollar las economías regionales, reformar el Estado y llevar a cabo políticas sociales efectivas frente a la crisis y los problemas de muchos argentinos. Y precisamos impulsar un programa productivo.
He enviado este mensaje. Se aguarda una respuesta. Sé que en sectores del justicialismo piden medidas en estos campos y también un seguro de desempleo.
Frente a los hechos de violencia que ocurren no debemos dejarnos llevar por quienes provocan a la violencia.
Más allá de las personas hay que asegurar paz social y estoy dispuesto a hacerlo preservando a las personas y los bienes; por eso he dictado el estado de sitio.
Una pronta respuesta del justicialismo, sin embargo, es necesaria. No puede seguir el cuadro de violencia en la calle que arriesga a situaciones más peligrosas.
He dispuesto este mediodía que las secretarías de Hacienda, de Finanzas y de Impuestos pasen a depender del jefe de Gabinete de Ministros y que las otras áreas junto con Infraestructura y Servicios, a cargo del ingeniero (secretario General de la Presidencia) Nicolás Gallo.
Vamos por una política productiva, por un cambio de acuerdo con lo que necesita la gente. Estoy dispuesto a aguardar la respuesta patriótica y de grandeza del justicialismo porque es mi deber y, desde luego, no me aferraré a situaciones personales porque yo mismo, como lo hice toda mi vida, estoy dispuesto a las máximas actitudes de grandeza que sean necesarias para el bien de la Patria y la paz de los argentinos.
Pido a quienes estén en posiciones de violencia que las depongan. Precisamos que prevalezca la paz entre nosotros. Así encontraremos el rumbo y el camino. Y sepan también que voy a cumplir con mi deber hasta el final. Quiero proteger el presente y el futuro de los argentinos
Es evidente que está resentida la gobernabilidad y puede deberse a múltiples factores. No es el menor la queja social, no es el menor tampoco el triunfo opositor del 14 de octubre.
Convoco por eso desde mi legitimidad, en el claro sentido de la institucionalidad, a los líderes de la oposición, del partido justicialista para juntos fortalecer la gobernabilidad y participar de la conducción en este tiempo difícil para la República.
Con la mayor amplitud para todo el gabinete y sin que esto se deba a intereses personales por la función que ejerzo. Todos tenemos el deber de evitar males mayores a la Nación.
Sé del compromiso y la responsabilidad de la dirigencia democrática argentina. A esto apelo con la esperanza de que evitemos males mayores. No voy a dejar que la violencia se enseñoree entre nosotros. Estoy para asegurar la paz y los derechos de todos.
Por eso convoco a deponer las actitudes de violencia. Estoy actuando en el sentido de la responsabilidad para introducir los cambios que hagan falta y hacer posible que en esta hora difícil donde ha caído sobre la Nación el peso de situaciones que vienen de años, y que podamos superarlas.
Para esto asumí la Presidencia. Ese fue mi desvelo, mi esfuerzo, mi trabajo como el de mis ministros, actuar con lealtad hacia la República y hacia el pueblo argentino. Siempre seguiré en esta línea de lealtad y de compromiso. Muchas gracias".
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